miércoles, 27 de marzo de 2013

Puerto Petunia

Las últimas notas del blog han sido relacionadas con conocer el lago Nahuel Huapi en  barco o bote pero como no siempre se tiene este medio de transporte a mano,  les muestro a continuación una opción más para disfrutar del lago pero con acceso terrestre.

Existen muchas playitas y varios puertos sobre el lago que se puede llegar en auto, como es el caso de Puerto Petunia que se encuentra en Av Bustillo 13.5 km. 

Hacer click en la foto para verla más grande
Este no es un puerto común donde sólo se amarran los barcos, también le da albergue a los turistas ofreciéndole distintas opciones de alojamiento. Se puede acampar en caso de tener  carpa, y si no, se tiene la opción de quedarse en el hostel  o en carretas para los más jóvenes. Otra posibilidad para las familias que no son “aventureras” es hospedarse en unas lindas cabañas que hay allí también. Cuando nosotros llegamos, el lugar estaba bastante lleno ya que había muchas familias acampando y varias casas rodantes de distintos lugares del mundo estacionadas. Nosotros no pasamos la noche allí pero les puedo decir que el lugar estaba muy lindo, cuidado y reinaba la paz.  Los comentarios del lugar en la página de TripAdvisor son muy buenos también.

Nosotros fuimos a almorzar al restaurante que se encuentra cerca de la playa, en unas mesitas con sombrilla que tienen sobre la arena. El resto es bastante sencillo pero lindo, tiene unas lindas flores rojas rodeándolo. El menú no es muy extenso, pero la comida es rica y bastante accesible en cuanto al precio.  Las rabas y cerveza fueron la mejor opción para ese día soleado. 


Al lado del restaurante hay una especie de tienda de venta de ropa de playa y también están unos instructores que te enseñan a hacer stand up paddle. Salen con vos al lago y lo recorren con esta especie de tabla de surf y un remo. La idea es hacer equilibrio y no caerse de la tabla, que en caso de suceder, el agua helada del lago llegaría hasta los lugares más recónditos de tu ser.


Les dejo los links de Puerto Petunia por si les dieran ganas de chusmear.
https://www.facebook.com/pages/PUERTO-PETUNIA-RESTO-BAR/


lunes, 25 de marzo de 2013

Puerto Gross


Un puerto sin puerto en la Isla Victoria.  Otro paisaje espectacular que pudimos apreciar pero esta vez desde lejos. Esta parte de la isla no es muy profunda así que no nos pudimos acercar mucho a la orilla con el barco y, sin un muelle, era muy difícil poder dejarlo. Sin embargo, nuestros amigos aventureros con sus trajes de neopreno se tiraron al lago, a disfrutar del agua fría. Otros, en cambio, nos quedamos merendando en el barco y disfrutando de la tranquilidad y silencio del lugar, con las botas puestas.
  
El nombre del puerto fue puesto en honor al Perito Pablo Gross. Inició su trabajo en 1925 en la isla y se dedicó a plantar todo tipos de especies de plantas en las 45 hectáreas del área central, que le fueron asignadas para su labor. Una de las especies más importantes que plantó fueron las sequoias provenientes de California, que hoy recubren los senderos de la isla. Después de 10 años de trabajo,  llegó a plantar doce mil plantas y retoños de especies forestales. En aquel entonces, el turismo de Bariloche se hacía en barco y una de las excursiones que se ofrecía era con parada en el Puerto Gross, donde él recibía los turistas con un rico almuerzo y los prevenía de los incendios forestales.  Los años fueron pasando, las hijas del perito fueron creciendo y no podían seguir viviendo aisladas, así que se retiró, dejando el puerto con su nombre.

A unos 500 metros del Puerto Gross se encuentra la escuela de Guardaparques Bernabe Méndez” pero que no funciona actualmente, ya que fue cerrada en 1976. En 1992, la transfirieron a la provincia de Neuquén con el nombre de Escuela Albergue Nª 303, Aurelio Pargade, con la idea de retomar el objetivo principal de albergar niños de zonas cercanas.

jueves, 21 de marzo de 2013

Secretos de la Isla Victoria: Piedras Blancas


Muchos días lindos, muchos paseos en barco. Pareciera que esa es la ecuación para disfrutar del gran lago Nahuel Huapi.  Esta vez nos fuimos a la Isla Victoria a comernos un rico asado, como buenos argentinos que somos.

La isla Victoria tuvo varios nombres a lo largo del tiempo, en función de quién la habitara o fuera el “primero” en descubrirla. En los primeros registros aparece que el nombre de la isla era Nahuel Huapi y que después este nombre se extendió al lago. El significado de Nahuel Huapi en la lengua de los aborígenes se traduce como “Isla del Tigre”. En realidad no se sabe bien por qué le dan este nombre a la isla ya que no existieron tigres en América, ni siquiera existió el  Jaguar en la región. Otra opción que se analiza es que existiera en la isla un grupo de aborígenes llamado “Huapi” y de ahí surgiera este nombre. Igualmente, a fines del siglo XVIII este nombre es cambiado con la llegada del franciscano Menendez a la isla, que estando deshabitada por los aborígenes, la denomina como “Fray Menendez”. Años más tarde,  el explorador Guillermo Cox la llama “Isla Larga” por su gran longitud y, posteriormente es llamada Victoria por la escritora  Victoria Aguirre que fue de visita en 1917. Sin embargo, existen registros de que la isla era llamada así mucho antes de la llegada de la poetisa.


Es así que el tiempo fue pasando, las personas fueron llegando e hicieron distintos progresos en la isla, pero siempre dejando el rastro de su nombre allí. Uno de los ejemplos es Aaron Anchorena que obtiene el usufructo de la isla y construye un astillero para armarse un barco y una linda casa donde albergaba a turistas a la hora del almuerzo. Hoy existe el Puerto Anchorena en su nombre, donde los barcos pueden amarrarse. Más años pasaron y el alemán Otto Alberti construye un vivero, que después es destruido por un incendio forestal en los años 20. Pero, luego, el perito Pablo Gross retoma el vivero y logra recrearlo y agrandarlo. Por consiguiente, existe hoy otro puerto en la isla con su nombre, pero cabe aclarar que este puerto es muy peculiar porque no cuenta con un muelle, es decir, es un puerto sin puerto. Fueron muchas las cosas que se hicieron en la isla. Se creó, por ejemplo, una Estación forestal con millones de plantas, una Estación Zoológica de animales exóticos, una escuela de viveristas, una escuela de guardaparques y se construyó la hostería Victoria para favorecer el turismo de la isla. 


Hoy queda poco de todo esto. La hostería Victoria no es la misma que la originalmente creada ya que sufrió otro gran incendio forestal que la destruyó, en tanto que las escuelas tampoco funcionan, pero, sin embargo, existe una gran huella de todo lo que fue esta isla, como es el caso de Piedras Blancas. Esta zona de la isla, que se encuentra en el centro, se llama así por la gran piedra blanca que se encuentra sobre la playa, como puede ser observada en la foto. Acá se puede hacer fuego pero no se puede acampar, situación contraria a la que comentábamos anteriormente sobre el cerro Millaqueo. Nosotros aprovechando esta posibilidad, nos fuimos en barco y nos comimos un rico asado. Disfrutamos del día, dormimos la siesta al sol un rato, caminamos otro tanto y, luego retornamos a nuestras casas.

viernes, 8 de marzo de 2013

Cerro Millaqueo y La Cascada Blanca


Los días de este verano en Bariloche han sido espectaculares, soleados, calurosos y sin lluvias. Muchas personas me han recomendado que aproveche estos días, que son bastantes atípicos acá porque las temperaturas nunca llegan a ser tan altas. Así que haciendo caso a los consejos recibidos y aprovechando la buena bienvenida que la ciudad nos está dando, nos fuimos a navegar al inmenso lago Nahuel Huapi.
La magnitud del lago es colosal y te permite conocer  muchos lugares exclusivos que solo se acceden vía marítima. En  esta primera salida fuimos en barco al cerro Millaqueo. Primero llegamos en auto al puerto Pañuelo, donde pudimos apreciar panorámicamente el gigantesco hotel Llao Llao (que más adelante  dedicaré una nota completa a este hotel majestuoso) y de ahí, unos amigos nos pasaron a buscar en barco para llevarnos al Cerro Millaqueo. Este cerro fue bautizado con ese nombre en honor a un indígena que fue uno de los pocos que ayudó a Francisco Moreno en la misión de determinar los límites entre Argentina y Chile. Si uno mira con detenimiento y  buena voluntad los bordes del cerro, se puede vislumbrar el perfil del indio mirando hacia el cielo.  El cerro no tiene ninguna obra realizada por la mano del hombre, así que si uno quisiera pasar la noche allí debe acampar, pero sin hacer fuego. En nuestro caso y para que no sea demasiada vida natural de golpe para la porteña que les escribe,  optamos por pasar la tarde ahí solamente, tomando unos mates y comiendo ricos sándwiches a la sombra de los árboles. Es un gran contraste para una persona que viene del bullicio y de edificios altos,  ya que la única opción que hay allí es la de apreciar la naturaleza y pasar un buen momento con amigos charlando. 




Después de recorrer la costa, decidimos seguir conociendo más lugares y fuimos hacia La Cascada Blanca, lugar que también se accede únicamente por barco. Otra de las opciones es a través de la excursión al Puerto Blest, donde también podés apreciar la cascada desde el catamaran. La cascada es grande y bastante plana, que permite, a los valientes apasionados por el agua, poder treparse y tirarse de cola hacia las profundidades del lago. Como persona poco deportista que soy, me quedé pasivamente en el barco fotografiando a los corajudos tirarse del agua, y dedicándole mi mayor admiración a la cascada.


Antes del anochecer regresamos a Bariloche pero con la esperanza de volver a disfrutar el lago y sus lugares recónditos.